La relación de los humanos con las abejas data de tiempos prehistóricos. Hay evidencias en pinturas rupestres con antigüedad de más de ocho mil años, que muestran cazadores de miel suspendidos en escaleras de cuerda, mientras cosechan miel de panales de abejas silvestres.
¿Pero porque los humanos hemos buscado desde hace tanto tiempo cosechar el fruto del trabajo de las abejas?
Es verdad que la miel es muy nutritiva y deliciosa, pero hoy nosotros hablaremos de lo que para muchos es el verdadero tesoro que nos deja la apicultura, el propóleo.
La composición química del propóleo es muy variada. Las abejas muestran preferencia por ciertas especies de plantas y pueden viajar hasta 14 kilómetros para recolectar néctar, polen y resinas ricas en fitoquímicos bioactivos.
A la fecha se han identificado mas de 500 sustancias químicas en muestras de propóleo de alrededor del mundo. Entre ellas abundan ácidos fenólicos y sus esteres, flavonoides, terpenos, aldehídos aromáticos, alcoholes, ácidos grasos entre otros. Junto con el vino, el propóleo se ha declarado como una de las matrices biológicas mas ricas en polifenoles que existen.
Se conoce diversas propiedades biológicas del propóleo, y aquí reside el secreto de porque es algo tan preciado para la humanidad desde hace tantos miles de años, el propóleo es antibacterial, antiviral, antifúngico he incluso anticancerígeno… pero ¿cómo es esto posible?
Para responder esto, primero debemos entender el como usan las mismas abejas el propóleo.
Las abejas como nosotros, son animales sociales, viven en colmenas con mas de 50.000 habitantes, por lo que al igual que nosotros, también requieren de medidas de higiene social y de defensa de su ambiente, de hecho el termino “propóleo” viene de las palabras griegas pro, que significa “en frente de” o “en defensa de” y polis, que significa “comunidad” o “ciudad”, es decir que el propóleo es la defensa de su ciudad, las abejas hacen uso de su recolección de resinas y exudados de plantas, (principalmente de brotes de hojas) con diversas propiedades antimicrobianas, de esta manera, las abejas aprovechan el metabolismo secundario de las plantas, que les brinda compuestos con propiedades antibacterianas, antifúngicas, antiparasitarias y antivirales.
Desde tiempos muy antiguos el ser humano ha empleado el propóleo como un remedio natural. Existen registros de que los egipcios utilizaban el propóleo para embalsamar sus cadáveres, mientras que los griegos y los romanos lo usaban como antiséptico y cicatrizante, así como desinfectante bucal. Su uso se fue propagando por varias civilizaciones a lo largo de la historia; hay registros de que los árabes y persas también conocían el propóleo y lo empleaban en su medicina. Entre los siglos diecisiete y veinte hubo un auge en la popularidad del propóleo en Europa, gracias a sus propiedades antibacterianas, y es hoy en día, gracias a décadas de investigación científica, que se sabe que el propóleo cuenta con un sinfín de propiedades biológicas que incluyen la antioxidante, antiinflamatoria, antibacteriana, antifúngica, antiparasitaria, antiviral, inmunomodulatoria y anti proliferativa (anticancerígena).